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mee parda S 2 6 $ 1 pr 5 336 De la Confesion Y. P. Fr, Josef de Madrid (acérrimag en este punto, y por eso tan venera do y temido de Principes, Grandes Sex ñoras, y aun de Reyes.) En frecuentan, do mucko los Confesores los estrados , moy pierden el miedo, y el respeto. Que cos sa tan indigna y monstruosa seria que el Confesor estuviese , no sé si diga tes miendo ú obedeciendo y contemplany do mas al rico y poderoso, que cons fiesa y que no éste a El. Ojalá, y no hás ya nadie .á quien le comprehenda esta general doctrina. Debe tambien el Confesor saber, no soloespeculariva, sino prácticamente lo que es Oracion mental, y enseñar y alentar á tenerla 4 soda suerte de perso nas3 pues es cierto, qe llegan alli ale gunas de corazones dóciles, y bien in= elinados, y que en ayudandolas los Con. fesores, pueden adelantar.en gran per féccion. Y por folta de esro suele haber algunas muy atrasadas. Debe, no solo alentarlas y enseñarlas , sino: defender las de los que mofan y persiguen la virtud + persuadiendo á todos , que la Oracion mental es, no solo para Relis giosos y Eclesiasiicos sino tambien pas a

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