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928 De la Confesion «aba sucediendo; de que infería , quina to siente el demonio la honestidad en los trages de las mugeres , pues le qui= tan lasarmas con que hacer guerraá los hombres, Vean ahora muchas mugeres (asl casadas como doncellas ) lo que hacen y cómo se visten, engañadas de que asi se usa. No es esto excusa, que les ha de valer, pues 4el mal uso, cortarle la cabeza, Préciense de honestísimas, especialmen- te las doncellas ; y adviertan , que si en un atrevido , deshonesto fuera grande osadía y desvergúenza , que á una don- cella ( y mas siendo de alta esfera )-le pidiese, que le mostrase sus pechos, po la vil curiosidad de verlos, y esto no se sufriera; ellas sin esa instancia, los muestran , y hacen gala del sanbenito y lo peor es , que se acreditan de livianas quando juzgan atraer la voluntad y aplauso ageno. Y lo mas lamentable es, los pecados de consecuencia para la hora de la muerte, de que deben hacer mucho escrúpulo.