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y Comunion. Trat. IV, 29 5 muela , que afila con sus vueltas la hermosura , para mayor incentivo de torpezas. Y si no, decidme , ¿qué ha de seguirse de unas manos desenvuelras, de unos ojos libres, de unas voces de Sirenas, y de unos pies sin recato? Exer- citos son que destruyen el temor de Dios, y la vergúienza. Estímulos, que avivan el apetito bruto, y con eso se sueltan lasriendasála disolucion.¿Quién no vé el destrozo , que causan en las almas de los mozos y mozas con to- dos sus movimientos? ¿Qué de pensa-= mientos impuros? ¿Qué de acciones in= decentes? ¿Qué de pretensiones lasci= vas? ¿Y quántas veces está la muger en un festin ó sarao , y el marido en otro? ¡O gran Dios, y qué de matrimonios adulterados habrá por esta causa! Si. guense tambien otros males, como son pendencias , porfias , emulaciones, en- vidias, quexas y disgustos: á que se aña- den ya los convites, y gastos superfluos y comilonas, faltando quizá para el sus» tento de la familia, y otras obligaciones, Y no menos sirve de mal exemplo y es- cándalo , pues el otro y la otra no quie- 1én ser menos en sus casas en semejantes Ta4 fun-