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y Comunion, Trat.IV, 189 nidad , y quedó pensativo y macilento, Finalmente, á todo quanto quisiex ren alegar, dice , que si hallaren Opi« niones a medida de su paladar y pasion, allá se compongan con su conciencia; pero no les arriendo ni envidio la ga- nancia , y no se olviden de lo qué diz ce Santo Tomás de Villanueva. Yo aho= ra no resuelvo ni en pro ni en contra, sino que lo remito al dictamen de los ri- moratos y doctos 3 y sobre todo al jui= cio de Dios, y solo he referido estas razones y verdades para el desengaño, Las personas virtuosas, en tales dias, Ó no van ó se retiran á los Templos 4 desenojar al Señor, que tan of-ndido es en esas funciones. En algunas Iglesias está entonces patente el santísimo Sas cramento. Otros acuden aquellas tardes ¿las Escuelas de Christo, donde las hay: y todo esto es prueba de lo perjudician les que son tales diversiones, Es verdad, que son pocas las personas que esto has - Cen, en comparacion de los millares que van 4 los toros 5 pero esto confirma loqué diximos al principio, que dice el Espiritu Santo: esto es, que es infinito el mero de los necios, Hazlo tú asi (6 ala ma