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234 Le > AUN no lo hacen, ni sienten por ¿sa carl: dad, sino por el logro de su pasion, Y adviertan, que no es pequeño ardid del diablo , para que perseveren esas temes rarias diversiones , con las culpas, que se siguen , el introducir esos pretextos piadosos en los animos de quien lo fo= menta 3 y asi les hace para estas vani= did-s manirrotos , sierdo crueles para hacer una corta limosna á una pobre, Otros jazgan , que hacen un gran» de obsequio al Santo, y aun al Sanriísiz mo, en celebrar sus fiestas con corridas detoros; y aun suele llegar átanto la ce= gúedad de muchos, que dicen, queelaño que no los hay, suceden desgracias; que es señal de que la Virgen Santísima, ó el Santo , ó Santísimo se dan por agravias dos, y que gustan que los haya, ¿Será creible tal alucinamiento en quien tie. ne luz de Fe? Pues esto es verdad , que se Oye muchas veces, Oygan ahora (no á mi) sino 4 San< to Tomás de Villanueva en este punto: (Serm,3. de Baptit.) ¿Quién podrá to= lerar (dice , y exclama el Santo) la bes- tial y diabólica costumbre de correr toros? ¿Qué cosa mas bestial como pro- vO=

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