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250 De la Confesion das desnudas , los panes de Hostias; y cortar las Formas y Hostias con las Manos asquerosas, y con tixeras tan mohosas , que halladas en la calle per. didas, quizá hubiera muchos que no las apreciaran. ¡O Venerables Señores Curas y Sacerdotes ! ¿Se sufriera estoen los estuches, ni en las mesas de casa? A los Ministros de Dios nos toca ze- lar esto , no á los Seglares; y asi es bien se diga esto aunque escuezca. Alla dixo Christo nuestro Señor á4Santa Te. resa; Deinceps ut vera Sponsa meum te. labis honorem , con ser una pobre mus ger3 pues consideremos nosotros, que con mayores motivos nos manda á los Sacerdotes ¡que zelemos en esto su hon+ ra. Lo hasta aqui referido se halla prats tieado con grande cuidado,zelo y vigilan. cía en muchas Iglesias pero en otras no con quer siendo esto patente , y doctrina general, cada uno se aplique lo que le convenga. : Los Señores Visitadores y Eclesiásti- cossaben muy bien su grande obligacion y cargo, y que en gran parte pueden remediar estos daños € indecencias ; y mucho mas los pecados públicos Ó:ex- can-