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| 242 De la Confesion tes y relaxados, que mofan de las pera sonas virtuosas y les ponen apodos, Y este medio de leccion suele ser mas bien recibido, que si hubiese plárica por la tarde, para lo qual no tienen todos genio ó habilidad. Estos exercicios son permanentes; y quando los S-ñoresCu- ras no puedan ir, es facil cometerlo 4 alguna persona devota. Y no faltarian Señores Sacerdotes , que cooperasen y ayudasen , viendo á los Señores Curas ir delante. Algunos Sacerdotes se escu= san del Confesonario, teniendo talento para ello : porque apenas lo ve el Cura, quando les dexa la carga : y suele ser motivo de desazones , 82c, Y asi dicen que lo haga el Cura , que tiene la obli- gacion y percibe la renta. Y aunque parece tener en esto alguna razon , mis rándolo (como dicen ) de texas abaxo; pero si todos se llenasen de la caridad de Jesuchristo y se aunásen, consi= derando , que , como dice San Ambro- sio: Pastores sunt Sacerdotes : Grex Po- pulus, no harian tanta riza los lobos in- fernales en el rebaño Católico. Mara- villososefectos he visto en algunos Lu- gares, por la asistencia y aplicacion de. vO-

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