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226 De la Confesion halla muy empeñado y trata de poner su tren con ostentacion, y el testamen. to del amado padre, Misas, acreedores y deudas, se quedan como se estaban, sino es que las aumentan de nuevo, Y, de esta suerte se van Unos á Otros suce» diendo, imitando y siguiendo como las ovejas. Y quiera Dios no les suce» da lo que dice David: Sicut oves in ina ferno positi sunt. Al modo que aque= llos siete Condes, que se condenaron succesivamente, como refiere Parra, Luz de Ver, Catol. Esto sucederá en al. gunos; pero no en todos. Lean la doc« trina del Tratrado II. cap. 3. de este Libro. CAPITULO IV. DOCTRINA PARA LAS GRANDES Señoras. Ambien se acusarán las Grandes Señoras, asi en las Cortes, como en las Ciudades, si han usado de gran- de profanidad en trages, usos y modas estrangeras, trén y de sobrados criados, gastando en esto quizá mas que los Se- ñores y mas de lo que pueden, ni al= can

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