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224 De la Confesion (No hablo abora de los Confesores , sh es que los hay: y digolo asi porque suele elegirse sino para hacer confesiones comun mes, 0 le hay por punto , por bien par cer ,ó por razon de estados y otro para tiempos precisos. Esto se dice en comun, por si hay alguno á quien le tocare,) Pero si los tales criados mayores solo miran á contemplar y lisongear al Se. ñor , aunque le vean precipitarse , mas merecen llamarse arrimados , que alle. gados; y tambien irán á la parte en estos daños, En esto son infelicesen vi da los Grandes Señores , pues apenas hay. quien se atreva 4 irlesá la mano, Y tambien muchos lo son en la muer- te ó enfermedad que le precedé ; pues todos los lisongean , y procuran ( porlo comun ) persuadirles á que la muerte no habla con ellos, aunándose para esto, asi Médicos, como «domésticos , que en tales lances son sus mayores enemi- gos, como dice Christo nuestro Señor, ¿nimici hominis domestici ejus. Y asi pot esta-lisonja mueren algunos sin Sacra: mentos 5 Ó si los reciben es quizá sin conocimiento ni fraro. Y enfin , súele suceder, que habiendo tenido algunos vis
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