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2» XVI «e los mas terribles aspecros. En los Sermo- nes de penitencia pintaba cilicios , rallos, cadenas , disciplinas, Cruces y COras de ma- la ; y eu los Sermones de Gloria, coronas, palmas , Sc. Y asi los demás asuntos. 5. VI. No se contentaba su zelo santo con. las raréas penosas del Púlpito, sino que jun- taba 4 ellas Jas fatigas del Confesonario, decia: que predicar sin confesar era al- s»borotar la, caza sin cogerla.” Y aunque en el Púlpito era terrible , y su VOZ Co- mo un espantoso trugno, €n el Confeso- nario era amabilísimo y. afable. Era frase suya, inseruyendo á los jovenes: Leon »» furioso en el Púlpito , Cordero manso en »»el Confesionario , conviene (decia) 2un¡4 »» los mayores pecadores , tratarlos al prin- »cipio con mucha suavidad , no se aterren »»con el rigor , dándoles el nectar suave del »»amor y hasta que fortalecidos puedan co- s» mer el. pan de dolor,y lágrimas.” Con es- ta celestial doctrina sacó á infinitas almas del cieno hediondo de. sus culpas , al camino claro de la virtud. Era incansable en.esre san to ministerio; y crió con su direccion muchas almas edificativas y santas , que: sirvieron á Dios en el siglo; y orras que de uno y otro sexo se retiraron á Jos Claustros¿Re- ligiosos. Era can feryoroso el aelo que a5- , de dia