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y Comunion. Trat. 111, 195 rémuerde la conciencia acerca de este punto. Y otros juzgan , que entre Casa dos no se peca en el sexto Mandamien= to, A los quales seles puede decir lo que respondióel Bienaventurado Fray Gil, Compañero de N. P..San Francisco 3 un casado, que tal decia: Dime, berma- no, ¿no te puedes tú emborrachar con el vino de tu cuba? Sí; y es cierto, que mu- chos casados cometen entré sí gravísi. mas culpas deshonestas; y sino las con- fiesan y se enmiedan , teman su eter- na condenacion. Antes de explicarme mas, oy gan este espantoso caso, que les hará remblar y obligar á-cotregirse y examinarse , aun de lo pasado, En una Ciudad de Italia vivia una Señora principal, teputada de todos por muy virtuosa , por los empleos santos de limosnas , asistencia al Templo y christiana educacion de su familia, en que se exercitaba, Murió en fin, y una hija que dexó, cuidaba mucho de en= comendarla al Señor en sus oraciones, Un dia, estando en su retiro orando, oyó unespantoso ruido; volvió los ojos 4 la puerta del quarto , y vió en ella lo detestable de un inmundo animal , que Na por

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