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3 XI fedicando con singular tervor ; reprehen- diendo los vicios», Y mirando siempre la salvacion de las almas. Pero pasando mas adelante su fervoroso zelo, 4 imitacion de su Venerable Amo y Maestro el Señor Bar- cia, se dió del todo al exercicio santo de la Mision. No es facil de comprehender quauras almas sacó del cieno de las culpas, y quantos trabajos padeció en este apostó- lico Mivisterio. Su voz sonóra , su aspecto grave , sus discursos inflamados en el amor Divino, su vida penitente , edificariva y santa , le hacian recomendable á todo géne- ro de personas ¿ graugcando asi las volunta- des , aun las mas rebeldes y obstinadas. Hi- zo Mision en los mas principales Pueblos y Aldéas de la Mancha, y Castilla la Nueva; pero donde mas tiempo exercitó este Minis- terio santo, fué en Castilla la Vieja, Y Provincia de Campos , donde está aun en el día muy fresca su memoria. Piera mo- lesto el referir los casos particulares que le sucedieron en estas taréas Evangélicas , ¿de quántos peligros le libró el Señor 2 ¿iquán- tas veces le buscarof' para quitarle la vida? Cónsta , que pasando por medio de sus ene: migós, no le vieron, haciéndole Dios in- wisible. Orras veces quedaban como inmo- bles sin poder :executar sus dañadas inten- cioñss. Muchos. de los casos que refiere en «ercera persona en sus obras , le sucedie- ron á él, 3.