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152 Deda Confesion están obligados á decirlo, y aun 4 ves ces tienen obligacion 4 obrar Contra el mismo escrúpulo, Quien padeciere esta ' tabajo, tome y Óbserve in viólab'emeña te esta regalasegurisima (sino quieren ponerse á riesgo:de perder el juicio,y aun el alma) y es, que obedezca con to. tal rendimiento ásu Confesoreñiqiianto lÉ mandare. Nohay; ni es posible hallar otra regla mas segura y eficáz: para tam les: personas que son. verdaderámente escrupulosas. Y quien noda observare, | 4 ; £ | será martillo ómartirio de Canfesores, ' y'tambien será perdimiento de tiempo | aconsejarles nada; Por eso deciael Ves nerable , Tlustrísimo y -Sáito Ovispo de Cadiz el Señor Don Joseph de Bar» cia, en llegandoá este punto, Al ea ebupuloso óestrupulosa queno se rinde: á lo que le manda el Confesor, enviarle de pasear como cosa perdida, Admirablere- gla y sentencia de tan gránde y-expe- perimentado Maestro, « Hay otras personas que: parecen es crupulosas ó quieren reputarse por tales; aunque en la realidad no.losom, y asi suelen querer las reglas: y. privilegios de los verdaderamente escrupulosos, Lle: TT e gi

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