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y Comunton. Trat. 11, _ YAL lor y arrepentimiento necesario y pros pósico de la enmienda, son muy con- trarias: porque en lugar de llorar sus muchos y graves pecados, aborrécer. las y trarar de hacer alguna peniten= cia y entablar una vida bien ajustaw da, lo que se ve es, que asi muchos de estos casados, como otros que han tenido tal vida, quando se ofrece , se glorian de sus torpezas y locuras an= tiguas. ¡Mire qué traza de arrepentia miento! Son chanceros poco ponestos, sin recelo en los peligros, y ni escusan el gracejo y palabra colorada, aun= que sea delante de mugeres , casadas ó doncellas. Y esto aún suele experis mentarse en algunos indisciplinados viejos, llenos de años y canas (quizá din simuladas con el polvoreado pelo de alx gun condenado) y con el pie en la seá pultura, habiendo tenido antes esta mam la vida, ¿Dime desdichado viejo, que eres como otro monte Besubio, por defuera nieve y por dentro bolcan, 4 quando aguardas 4 desengañarte, ar= repentirre, llorar y enmendar ru mala vida? Quando eras mozo decias , que allá en la vejéz harias penitencia: ésta ' le

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