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336 seamos descubrir la procedencia genética de los frau- des, con que se ha ido engafiando 4 los reyes y 4 los pueblos, introduciendo en la sociedad esas doctrinas del nuevo derecho; y precisamente encontramos tam- bien en las sagradas Escrituras el verdadero génesis de todas esas mentiras. Algo larga es la narracion; pero en, obsequio de materia tan interesante, bien puede consagrarsele un buen espacio de tiempo: va- mos pues 4 referir una historia muy antigua, pero que parece que esta palpitando en este siglo de ta- mafias falsedades. | Sabido es lo que ocurrié entre el rey Acab y uno de sus sttbditos en el campo de Jezrahel, y hemos di- cho ya el modo brutal con que aquel se apoderé de | la vifia de este. Pues bien: Dios habia decretado que el rey usurpador muriese desgraciadamente en casti- go de ese crimen,y de otros muchos cometidos con- tra la religion. Aqui es donde empieza una de esas magnificas epopeyas, que son tan frecuentes en las visiones de los profetas, y mucho mas en las relacio- nes que hacian 4 los reyes y 4 los pueblos de los de- cretos del cielo. En ocasion de tener que salir 4 una guerra, convidé el rey impio al santo monarea de Ju- da y Benjamin, Josafat, 4 que le auxiliase con sus “tropas y su presencia para ganar la victoria: acce- dié este gustoso 41a demanda, pero con la condicion de consultar antes al Sefior para saber su voluntad. Y en efecto, Acab reuniéd nada ménos que cuatrocien- tos consejeros, quienes puestos en presencia de am- bos reyes, anunciaban al primero rectitud ensus ac- ciones, justicia en sus obras, prosperidad en sus mo- vimientos, y victoria en sus combates. Ni faltaron alli las simulaciones y la hipocresia; uno de estos conse-