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COROLARIO SEGUNDO, : Despues de haber descubierto las malas artes que ha empleado la revolucion, para consumar el gran atentado de despojar al Sumo*Pontifice del principa- do que Dios le ha dado, no es justo que se deje sin respuesta 4 quien preguntare por el origen de tanta trama amas ida con mentiras. El hombre propende por naturaleza al amor de la verdad; y no se concibé cémo se entrega al intrincado laberinto de un tejido de falsedades, ni cémo pasa tantos aiios teniendo Ja habilidad de engafar 4 muchos. Mejor dicho, se com- prende esto muy bien, observando que hay hom- bres que se entregan, atados de piés y manos, 4 la malicia de su propio corazon, y no tienen mis guia de sus operaciones, que la razon tenebrosa de su en- tendimiento entregado al indiferentismo,4 la incre- dulidad 6 4 la negacion de la verdad. Quien empren- de una vez esa marcha, con animo decidido de no de- clinar 4 derecha ni izquierda, no hay que preguntar por qué se hace esclavo de Ja mentira; sirve 4 la ini- quidad que es una negacion de la rectitud, sirve ala mentira que es otra negacion, la negacion de la ver- dad; y claro es, como nos’ lo ensejia nuestro divino Maestro, que fodo el que hace pecado, siervo-es del pe- cado. (1) Pero vamos 4 dar un paso mas en investigar el origen de esas falsedades sogiales, que se han inven- tado para destruir las obras @e Dios, tan patentes (1) Jov, cap. VII, v. 34, t

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