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— Se te espirituales, como si estos no tuviesen al que po- ne el Espiritu Sante, para que gobierne su Tylesia? Ciertamente, ni en Tarquia, ni en Jos paises mencio- nados por el escritor del Times, se sabe que ocur- ran esos Ui otros desafueros. Alla, en la China y en el Tonkin, se sabe que de vez en cuando sufren el martirio algunos Obispos y Sacerdotes, pero el mar- tirio dado por los idédlatras, no es tan malo para los fieles y para la Iglesia, como esa esclavitud, a que la revolucion moderna de los paises catdlicos pretende reducir 4 los Obispos y 4 los Sacerdotes, Aqui, despues de echarse la nueva base sgcial de los derechos del hombre, de Ja libertad del individuo, y de lainviolabilidad del pensamiento, se permite que se introduzcan las sectas de perdicion, y que los hom- bres de malas doctrinas trafiquen con ellas 4 su libér- rimo arbitrio con detrimento de las almas; pero, apé- nas levanta su voz el Sacerdote contra el error, se vé que la Jey no es Jey, pues no es universal en sus efec- tos. Y en realidad, un gobierno, llamado catdlico, pu- blica una Constitucion civil atea, en la cual autoriza Ja existencia legal de todas las religiones falsas; en su consecuencia el hebreo levanta su sinagoga, el cis- mitico y el hereje sus templos, y hasta el turco su mezquita; y dentro de sus muros cada cual ora, reza y da su culto segun le agrada, sin que el poder civil se ingiera en nada de cuanto practican los ministros y sus correligionarios. ;Se observa la misma conduc- ta con los Obispos y Sacerdotes catdlicos? Hé ahi la ley, que deja de ser ley: favorece 4 toda religion, né- nos 4 la nica que es verdadera: permite toda asocia- cion, ménos las de los que quieren profesar la per- feccion evangélica: tolera todos los actos de los sacer- rs - i emeniisiiehiaiaiahidiidl es — -
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