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326 los hechos en general, y muy en especial, en lo que dice sobre que el Papa aprendera por experiencia, lo que es la Iglesia libre en el Estado libre. Una vez, dice, despojado el Papa de su poder temporal, tendra que contentarse con gobernar la Iglesia, como otro cual- quier Obispo de Inglaterra, Bélgica y los Estados- Unidos. Esta manera de ver las cosas es muy inade-~ cnada y muy poco légica: debia haberse dicho, que aprenderia y se contentaria con gobernar Ja Iglesia como cualquier otro Obispo del Piamonte, y de otros gobiernos doctrinarios 6 catdlico-liberales. El nueyo aiagio de Iglesia libre en Estado libre, suena lo mismo en todas partes; pero no tiene en todas ellas la misma significacion. En Inglaterra, Belgica, Alemania y Es- tados- Unidos, donde el catolicismo ha ido, creciendo de una manera admirable, habiendo adquirido una gi'an preponderancia, por efecto de haber vuelto al se- no de la Iglesia catélica personajes de alta conside- racion, 6 de haberse conservado en su seno 4 pesar de las persecuciones de tres siglos: en esos paises, en que muchos senadores, grarides literatos y oradores eminentes, han combatido por largos afios en las tri- bunas nacionales, en la prensa y por ante los gobier- nos, contra la contradiccion palpable de los mismos gobiernos, que permitian todo culto ménos el catdli- co, siendo asi que su constitucion fundamental en el orden religioso, se fundaba en el libre examen, con- cedido 4 todos, y solo negado 4 los catdlicos, 4 quie- nes se les prohibia en el hecho de negarles el, poder profesar su religion: en esos pueblos, por fin, donde por efecto de su misma constitucion civil los catoli- cos, 4 fuerza de constancia y de paciencia, han hecho d los gobiernos la forzosa de, 6 abolir la ley funda- piensa.

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