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324 jado por el Indostan, el Egipto, y los Estados-Unidos; y hemos visto la libertad 6 independencia con que los Obispos gobiernan sus Vicariatos Apostélicos 6 sus Didcesis, sin que reciban la menor molestia de los gobiernos musulmanes: que tenemos amiges de in- fancia, que viven hace treinta aiios, en Ja Mesopota- mia, en Turquia y en la Armenia, sin haber sufrido la mas leve oposicion por, parte de las autoridades ci- viles; y que conocemos4 varios Prelados del imperio otomano, quienes nos han asegurado que el gobierno del sultan les guarda toda clase de consideraciones, llamandolos al consejo de la ciudad donde habitan, cuando se presentan negocios de interés general, y honrandolos con condecoraciones segun es la digni- dad gerarquica de cada cual. Entre tanto, jay del Obis- po que en ciertas naciones intentase promover la reu- nion de una asamblea de fieles, ni aun de un simple ° Sinodo de Sacerdotes, 6 leyese 4 aquellos una Cons- titucion Apostélica, sin licencia del gobierno! Kso pueden ‘hacerlo en Inglaterra, en. Alemania, Belgica y los Estados-Unidos, por lo que diremos Juego: en otras partes se expondrian, 4 que el fiscal del gobier- no tachase la asamblea de atentado contra las prero- gativas del Estado, y pidieseique se formase al Obis- po causa criminal, como 4 perturbador del drden pa- blico. Y por cierto, podemos probar esto con cien y cien casos ocurridos; pero nos contentarémos con re- ferir uno, del cual tenemos ciencia cierta, nenrrige hace pocos aos. En 1864 salid a luz el Syllabus, 6 Elenco de erro- res que la Santa Sede Apostdlica condenaba, acom- patiado de la Enciclica Quanta cura de nuestro Santi- simo Padre. Publicdronla todos los papeles publicos, lk

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