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316 tuosa iba 4 rodearle! ;Qué consideraciones tan uni- versales se le habian de tener! A creer a las voces si- rénicas, se hubiera dicho que los principes de una casa real iban 4 darle la guardia; que un rey, dueno de doscieutas ciudades y sefor de veinte y cuatro mi-. Jlones de stibditos iba 4 ser un nuevo Carlo-Magno, que seria escudero del Vicario de Cristo, arrodillin- dose, para que su rodilla le sirviese de estribo para montar a caballo. Sin embargo, estaba muy léjos de ser eso lo que la revolucion tenia en sus. cilculos: aqui como en todas sus cosas, la reyolucion pronun- ciaba palabras dulces; pero todas eran dardos, como lo ha demostrado una experiencia dolorosa. Pregintese con sinceridad y respéndase sin pa- sion. jHabia en el corazon lo que se decia con los la bios? ,Podria existir jamds esa union de dos sobera- nos, teniendo que condenar uno lo que mandaba el otro? ;Podia tener el uno honor de soberano, in- ‘dependencia y libertad, cuando él se veia sin fuerza, y el otro tenia ejército, artilleria, satélites y gente de armas, que simularia dar la guardia al otro, y en rea- lidad no haria sino rodearlo de prisiones? ;En dénde se ha aprendido este modo de honrar 4 un soberano? jQué! yse quiere hacer con el Santo Padre lo que practica el empefador del celeste im perio con los em- bajadores europeos, 4 cuyo séquito se le agregan veinte mandarines, simulando que se le rinde honor, siendo en realidad veinte espias que lo observan has- ta en el pestanear, para sujetarlo con cadenas de oro? Esto se ha hecho con nuestro Santisimo Pontifice des- de el 20 de Setiembre; y todo ello es el desenvolvi- miento de pensamientos que se cobijaban, como huevo de basilisco, bajo blando monton de arenas doradas,
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