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= ——— pereen eee ere nn een " eonsideracion nos hace decir 4 cada instante, que so- lo Dios es grande, ones 900 et Speendecir: ‘Ey Dh we MPAA PPMASS yt £8 SNe BS glee j “CAPITULO. BEipsic. cox! 1 cieeieray ve siogeads....bs: LA BEVOLUGION Y th vieaRo DE-GRISTO. i ih Pret iy re Sethe 7 enithwiaaand de una teietbelaaeie Vitalpara. la sociedad se presentan al espiritu con !a simple enun- ciacion de estas dos palabras: la revolucion y el, Viea- rio de Cristo. Son dos entidades giganteseas, que estan viviendo en un combate continuo hace ya diez*y nue- ve centurias; y no hay una'sola pagina en los’ anales de la ‘se ae nat ea gran pe- volverse | una, y que para foormar, esa unidad, han ido levan- tindose sucesivamente Tos pueblos, y proclamando su ane- xion libre y espontidnea 4 Ia Italia una; los hechos vienen a decir por fin quién es la verdadera personalidad, 4 |quien se ha dado el sobrenombre de Italia una. Tenemos la vista la Gazzetta di Roma del 21 de Setiembre, en la ciial se hacia la descripcion de la jornada anterior, y que trae las sigtien- tes palabras: (pag. 3.*, col. 1.*, linea 57.) «El fuego de los zuayos era vivisimo 4 las dia: y media; pero los nuestros avanzan siempre; un grito como un trueno resuena en los espacios: ‘JSABOYAI... y los uutestros superan todo obstacu- lo, suben por la brecha |y toman las ‘baterias: todo esta con- cluido.» Véasé lo que quiere ‘decir Italia una: de donde sale el ardor que inflama al soldado cobijado por su bandera, de alli parte tambien Ja iniciativa, de allf la’ ambicion. De ahi ha’salido la absorcion de los Estados, de alif procede la ‘eruz del martirio del santo Pontifice Pio IX, de la cruz de Sabo- ya: Cruz de cruce. (il) Mal., cap. III, v. 6,

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