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303 ;Prez y gloria 4 tan dignos sucesores de los Geci- lios, Poncianos, Isidoros, Braulios, Ildefonsos, ‘Tori- bios, Atilanos, Rosendos y Severos! ;Gloriaé ese ejér- cito valeroso de todo el clero de Espana, que, unido en perfecta caridad 4 sus Obispos, prefiere el hambre y las privaciones, 4 alianzar con un juramento lo que es contra el honordivino, contra el de su patria y con= tra el suyo! Et heroismo de la Iglesia de Espaia es uno de los espectaculos mis grandiosos que ha pre- sentado el cristianismo desde Jos tiempos de las per- secuciones de los tres primeros siglos. ;Dichoso cle- ro! Espérale 4 eada uno de los héroes santos ‘una coe rona inmarcesible en el cielo: pero ese heroismo au- gnra tambien otra era mas feliz en la tierra. Trdiqa- la el Senor. PRIMER COROLARIO, Si la demostracion @ prior? de la falsedad intrin- seca de esas nuevas doctrinas, no descubriese cudles eran las intenciones de los’ que las han publieade en esta tristisima época de engafios y falacias, los resul- tados que han dado eonvencen hasta la evidencia que la doctrina de la-no inlervencion, ha sido el resorte de una politica reprobada, dirigida 4 debilitar 4 quien podria tener, 6 fuerza 6 influencia, para oponerse al gran atentado, y 4 consumarlo sin obsticulo. Los he- chos lo demuestran; pero, antes de consignarlos, de- bemos decir, que esa doctrina es 1m ultraje 4 lo que Dios tiene mandado expresamente, y una crueldad que no sé comprende, sino en corazones empederni- dos y desnudos de todo sentimiento de humanidad,