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300 mano los revolucionarios trianfantes, para presentar _una fuerza moral aparente, en ecorroboracion de los hechos consumados: hablamos del juramento; y al pronunciar esta palabra sagrada, no podemos ménos de decir, que la tendencia que se advierte hoy dia en algunas partes para abolirlo, en lo concerniente 4 ciertos actos publicos, es, i nuestro corto entender, el grit dela conciencia universal, el instinto, diga- moslo asi, de la razon, que grita entre el tumulto de Jas pasiones brutales, para que no se exija 4 los hom- bres lo que no debe pedirse, y lo que, aun otorgado accediendo 4 presiones revolucionarias, no tiene fuer- za ninguna, por no haber fundamento real y verdade- ro sobre el cual recaiga. El fundamento para jurar por el nombre de Dios vivo, jamais puede ser el he- cho consumado, si no esta conforme con los princi- pios de verdad y de justicia: el hecho consumado contra ellos es efecto de la fuerza brutal, y no engen- drando derecho legitimo, sino de fuerza, nadie tiene derecho para exigir juramento, ni nadie tiene mis obligacion que la de prestar una obediencia pasiva, la cual consiste precisamente, en no resistir con la fuerza 4 quien manda, y en obedecerle en cuanto ata- ie al bien’ publico; pero no obedeciéndole en lo que sea contra el derecho natural, y divino, y eclesidsti- co, nireconociendo jamas en su interior el derecho de Ja fuerza brutal. Y esto se explica sencillamente en el analisis de Ja palabra juramento. Hay que notar, que esta palabra no expresa sino la accion de jurar 6 de haber jurado. Cincuenta y seis veces se encuentra esa palabra en— las sagradas Letras, significando la accion de atestar, 6 haber atestado, 6 de deber atestar el nombre de