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7 Hf 286 ateos, no puede salir un derecho publico, que no lle- ve el sello de brutal 6 de salvaje. Entre tanto, tengamos presente que Dios conde- na clara y terminantemente ese derecho; pues en-el mismo libro sagrado donde se describe su orvigen, se leen 4 continuacion estas palabras: asi pensaron los ~ impios en sa error, por haberlos cegado su malicia; iqno- raron los secretos de Dios, y no esperaron la retribucion de la justicia, ni comprendieron eninto es el honor de las almas santas. (1) Pero ademas, Dios ha enseiiado de mil maneras 4 los hombres que los hechos consuma- dos contra ley y justicia, no solo no son licitos, sino que no adquieren derecho de estabilidad, ni en la conciencia de los hombres, ni en el drden social. Y esto lo ha demostrado con respecto 4 hechos consu- mados por una nacion entera, asi como con relacion a reyes y 4 stibditos. Consignado esta en la historia sagrada el hecho de haber mandado Dios 4 Saul, que fuese con todo su pueblo armado 4 destruir la nacion amalecita, no dejando en ella con vida hombre 6 mu- jer; niaun nino, que esluriese en la lactancia, ni dejando en pié una sola ciudad, ni un solo animal, ni cogien- do Ja presa mis insignilicante- (2) Partid en efecto Saul con su ejército y destruyé cuanto se le puso por delante; pero, conseguida la victoria, no maté ni des- truyd mas que lo que era vil y de ningun valor, apo- derandose de las riquezas de los amalecitas, y trayén- doselas todas 4 su nacion. Hé ahi un hecho consu- mado, en el cual hasta parece que hay una sombra de virtud; pues se diria que, tanto Saul como su pue- (1) Sap., cap. Il, vv. 2t,.22 (2) I. Reg., cap. XV, v. 3. ae

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