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16 ae doselas 4 su Vicario como simbolo desu potestad uni- versal, para gobernarla, enseharla y dirigirla. Las llaves coronadas de Ja tiara fueron. arrancaduas de. to- das las.casas, donde. existian oficinas, de drden publi- co, 6 de expendicion de objetos reservados al gobier- no temporal del Sumo Pontifice. Solo se permitid que quedasen en las fachadas de los embajadores rs encar- gados, de las potencias extranjeras cerca de la Santa Sede;, en lo. cual snuchisimos vieron enyuelto un pen- satniento maligno, el de que creyesen los que no se fijan sino en extevior idades, queel Sumo Pontificeera un verdadero soberano, pues tenia junto. 4 si emba- jadores y ministros de otros soberanos;siendo asi que — desde el veinte de Setiembre es un soberano despo- jado” y un cautivo, “4 quien no se ha tenido valor pa- ra artojarlo de su palacio, pero cuya persona se guar- da'con soldados invasores que lo rodean por todas partes, ‘Despues han ido aumentandose las invasiones sacrilegas;, manos brutales han ido poniendo escalas y echando abajo 4 martillazos el simbolo de la potes- _tad del Padre Santo; y por fin se ha dispuesto, por érden del gobierno subalpino, que el palacio del Qui- rinal sea propiedad nacional, y que se sustituyan unos. emblemas con otros; y en efecto, sobre aquellos din- teles sagrados de los salones del Conclave, ya no es- tan las armas de San Pedro, y son otras las que cam- pom _ {Cuiiles son estas? Hé aqui 1b que oprimé el co- razon de quien quiera que medite en lo que son los hombres, y en su triste y lamentable mutabilidad; y es ese un pensamiento opresor del corazon, porque nos hace vera decadencia moral del mando y la trans- formacion de bien en mal, de mal en peor y de peor