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z ie 283 venga de una ley, superior al mismo individuo por su naturaleza y por su origen. Esta ley no existe; y por consiguiente, por innumerable que seael pueblo amotinado, su levantamiento es contrario 4 la ley di- vina, cuando va contra la autoridad legitima. La ac- cion es siempre brutal, pues tiene por base la union 6 agregacion de unas fuerzas 4 otras, y contra todo derecho, atendido que ninguno de los amotinados lo tiene. Y si lo tienen todos juntos, segun los princi- pios revolucionarios, lo tiene cada uno en particular; y si lo tiene individualmente, lo tiene para deshacer todo lo que no le agrade, apoderarse de cuanto se,le antoje, y acometer 4 quien sea ménos que ¢l, pues el _ hecho consumado es una sancion de su posesion le- gitima. Véase, por tanto, si con la proclamacion de este derecho brutal, de respetar los hechos consumados, puede continuar la sociedad racional que Dios ha ins- tituido; desde el delito horrible del regicidio, hasta el asesinato de un alcalde de barrio, todo queda estable- cido legalmente, pues basta que se ejecute para que reciba su sancion: el malhechor no tiene para qué es- tar espiando el momento favorable 6 las tinieblas noe- turnas, para apoderarse de lo ageno, pues una vez consumado el despojo, todos lo han de respetar. y jpara qué hemos de manchar la blancura del papel con la relacion de toda clase de crimenes, que quedan legalizados con la publicacion de ese derecho? Aun 4 las pupilas de un hombre piiramente honesto ofende- ria semejante enumeracion. Contentarémonos con decir, que ese derecho es como anillo al dedo, para favorecer las revoluciones, de que estamos siendo tes- tigos hace afios, y para cimentar esa justicia farisai- 19

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