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14 . bélico de todos los revoluciouarios, de maldecir 4 to- do lo que Dios bendice, y de bendecir 4 cuanto es por naturaleza maldito y Dios maldice! _Hemos transcrito las’ palabras de Nuestro Sunti- simo Padre relativas 4 los medios inicuos y prodito- rios, con que se ha preparado la invasion desalmada de sus Estados, y 4 |: manera salvaje con que se han ejecutado; y vamos 4 exponer ahora un pensamiento que nos asaltéinopinadamente cuando vimos entrar las tropas invasoras en Roma, lo que nos hizo prov- rumpir en una exclamacion. Al. viajar por Italia, cu- yas provincias habiamos recorrido desde Sicilia has- ta las Romafias, no habiamos: visto revistas de ejév+ cito ni regimientos en formacion: en ese dia veinte de Setiembre, para siempre execrable por lo que suce- did en él, podemos decir que el ruido de la artilleria ho nos sobrecogia, ni nos infundia miedo, pues nues- tra tinica ocupacion era estudiar, como hemos dicho, la fisonomia peculiar de cuanto acaecia. Vimos:pasar algunos grupos gritando deseompasadamente, pero sin que su vista pudiese imprimir carieter, ni causar mis, impresiones que las de, listima; eran, traperos del Gheto,; gente plebeya, pueblo de Ja infima clase, los que iban pasando Hlevando banderas republica- nas. Pero al poco empezaron, a pasar Jos batallones invasores Con sus estandartes alzados; vimos muchos, y todos Hevaban un mismo libaro, la senal de la eruz en campo Dl:nco; al verlos, pensarlo y decirlo fué un acto siinultineo, joh! esclamamos: hé ahi la er us de la cruz: hé ahi el crar de cruce: se cumplié en toda su ex tension la prediccion simbilica. (A) (1)... Andan en manos de todos esas predicciones atribuidas a San Malaquias Obispo: las trae el Cornelio a Lipide en sus

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