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- la Judea; y uno y otro tenian fortalezas y ejéreito pa- ra sostenerse en el poder; jpodia levantarse licita- mente el pueblo contra las autoridades instituidas alli por un imperio que dominaba en la Judea y la Ga- lilea por derecho de conquista, 4 las cuales debia el pueblo rendir homenaje de obediencia en cuanto concernia al bien publico, y pagarles el tributo por un deber de conciencia? ,podia levantarse contra ellas, sin cometer un acto de rebelion? gpodia hacerlo, sin tener que arrostrar las consecuencias, armandose, ar- mando la juventud, presentando batallas, comba- tiendo contra las legiones romanas, y las cohortes de Hevodes? Desde luego no podia iniciar una revolu- cion, sin rebelarse criminalmente; pero si llevaba su _ ceguedad hasta el punto de encenderla, no tenia mas remedio que sufrir las consecuencias; y facil es adivinar, cudles serian estas: hubiera sido aplasta- do en el campo de batalla. Demos caso, que el pue- blo ignorase lo que habia pasado hacia treinta aios, cuando en tiempo del censo mandado hacer por el emperador Augusto, se levantd amotinando al pue- blo, un galileo llamado Judas, quien perecié con mu- chos de los que le siguieron; (1) y lo mismo sucedié al célebre Teodas, que capitaned 4 unos cuatrocien- tos insurrectos, perecténdo todos; siendo quizas estos desventurados aquellos de quienes se dice en el Evan- gelio, que Pilatos mezclé su sangre con sus sacrifi- cios. (2) is (1) Act., cap. V, v.37, (2) El evangelista San Liicas refiere este Neth sin que se sepa ni cuando ni con qué motivo ocurrid; siendo tan so- lo cierto que tuvo lugar. bajo la presidencia de Pilatos, y mientras Jesucristo andaba predicando su Evangelio. eRi a ll