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minarla en su propio origen. Si esa es fuerza moral 6 brutal, lo dirdin las consecuencias que se deduzean naturalmente de las premisas;,para lo cual no habra que hacer grandes esfuerzos. Tristes son estos ante- cedentes, pues la conciencia recta no puede darles mas que una calificacion: los principios que han sa- lido 4 luz para producir esa fuerza moral, no son mas que mentiras; y esto basta para suponer de antema- no lo que sera esa fuerza: nada habra en ella de mo- ral, y por consiguiente, hemos de descubrir que su verdadera calificacion es la de brutal. Entre otras muchas, son dos las mentiras principales que han en- trado en juego, para llegar 4 consumar una iniquidad inaudita; las cuales, bien examinadas, abriran el ca- mino 4 la deduceion de consecuencias tristisimas pa- ra el orden social. eo Mentira anti-social del derecho del pueblo 4 constituirse. Antes de entrar en materia, es justo decir algo sobre esa palabra, que nos vemos precisados 4 estam- par en este tratado; explicando Ja verdadera signifi- cacion en que la tomamos. Porque, en todas partes el mentir ha sido siempre lo que mas han odiade los hombres; pero, en el suelo donde se habla la lengua de Cervantes, dice este en la obra que le ha grangea- do un nombre inmortal, que cualquiera que se glo- riase de ser caballero, tenia la mentira por un decai- miento de su noble profesion; y aiade que si alguno tenia la osadia de tratarlo de follon, juraba no comer