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& 23) se la ciudad santa habitacton de extranjeros, y — rapara sus peseedores. (1) Este es el resultado final que Antioco se propuso, publicando libertad de conciencia y de cultos para los judios, y predicando la unidad de los pueblos. Pero esta politica era contra el derecho natutal, divino y ‘de gentes, y por consiguiente reprobada por Dios; puesto que él mismo Tama 4 ese rey hombre malea- do, (2) muy faeineroso, (3) el més criminal y malo de los hombres, (4) y 4 sus consejeros, hombres de manos malvadas. (5) Y si entonees lo era, lo es hoy, y lo sera siempre; sin que puedan mudar su naturaleza los congresos de los reyes, 6 la reunion de los hombres; porque ni la fuerza moral de todos los monareas con- gregados, ni la que se pretende formar de la union de muchos hombres en un mismo querer, pueden hacer que lo injusto sea justo, lo malo bueno, la fuerza derecho, y el derecho justo deje de serlo; y que un hecho consumado forme derecho Jegitimo, cuando por su naturaleza es malo; y ademas, porque el de- recho justo tiene por base Ja ley natural, que es an- tes que todos los hombres, y bajo cuyo imperio han nacido los que son reyes, los que son vasallos, y cuan=- tos vivientes racionales hay en la tierra, Hay que confesar por tanto, adhiriéndose 4 cuan- to nos manifiesta Nuestro Santisimo Padre en su in- mortal Enciclica, que la invasion de Roma, y demas ciudades y territorio de su dominio temporal, es un (1) 1. Mae., cap. I, y. 31 y siguientes, (2) II. Mac.,. cap. IX, v. 13. (3) Ibid., cap. VIL, v. 9. (4) Ibid., v. 34. (5) ‘Ibid., cap. V, v. 16,