BCCPAM000258-3-12000000000000
219 ventan maliciosa y ¢alumniosamente el de afirmar que se queria hacer rey. Pero jqué! ese nombre de _rey apareceria formidable para el imperio del César, si el aparato tiranico de un armamento probase que existia el propésito de hacerse rey; si se hubiesen descubierto depésitos de armas, reunion de capita- les; y fuerzas de soldados. Pero nada de esto habia en quien quiso escojer por divisa de sus obras y de ~ su doctrina la humildad. No contradijo 4 las leyes romanas, se resigné al censo, pag6 el didracma, no prohibié las aleabalas, mandé dar a Dios lo de Dios, y al César lo del César. Fligié la pobreza, aconsejd la obediencia, mandé que se observase la mansedum- bre; y todo esto, léjos de combatir al César, es ayu- darle.» (1) El ejemplo admirable de humildad y mansedum- bre que nos dié Jesucristo, y las maximas infalibles que ensefid, han sido y seran siempre la base dela con- cordia entre el imperio del sacerdocio y el de las so- beranias; y esto es, como dice el mismo santo Doctor, lo que engendra en la sociedad esa unidad indefecti- ble é inescindible, que hace grandes y poderosos 4 los pueblos. «Doy gracias 4 Dios, escribia al empe- rador Marciano, de que os haya Dios elevado al im- perio, precisamente cuando iban 4 sobrevenir los es- caindalos de la heregia; lo que ha hecho por la salva- cion del mundo, pues se ven resplandecer 4 la par el poder imperial y la solicitud sacerdotal. Y alégro- me mucho, al ver con qué diligencia tan piadosa ayu- dais 4 que se establezca Ja paz, que no puede con- servarse sino con la unidad de Ja predicacion del Evan- (1) S. Leo, Mag., Serm. 10 de Pass. Dom.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz