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214 z 6 los hombres, dandoles el lenguaje que los consti- — tuia en pueblosy naciones diferentes, (1) y derramin- _dolos en toda la haz de Ja tierra, y ademas se ha pro-. clamado el derecho de Ja fuerza, como base 4 propé- sitopara poder destruir todes Jos derechos adquiridos 4 lasombra de la ley natural y el derecho de gentes, respetados en la sociedad desde que hay hombres en la tierra; y abolir toda propiedad, planteando en las naciones un comunismo, que tiene la tendencia de convertir la racionalidad en instinto, y 4 los hombres en fieras. ‘ us Asi las cosas, y viendo trastornados los principios del derecho natural, divino, y de gentes,y hasta cor- rompidas las nociones del sentido comun del linaje humano, zeémo es posible que la Iglesia, depositaria de toda verdad, guarde silencio, y no levante su voz para condenar tamanios errores, y decir 4 los pueblos que se precipitan en un abismo de males? No es cier- . to, no, que los principados menores estén expuestos 4 desaparecer, si se observan los principios de justi- cia y equidad, que lasola razon humana ensefia 4 ca- da hombre*Hay principados pequefios en extension material, pero no liay soberania pequeiia, porque todas vienen de Dios con la misma esencia y natara- leza; y tan grande es el derecho de soberania del em- perador que tiene reyes por vasallos, como el del rey que tiene provincias, el del principe que tiene ciuda- des, y el del baron que posee castillos. ;Qué otra ley sino la de Ja fuerza brntal, puede atentar 4 los dere- chos de cada soberania? Reina es Ja noble princesa. que habita- en aleizar de techumbre de oro, y reina (1) Gén:, cap. TX, v. 8.
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