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207 ya discusion esta hoy, por decirlo asi, 4 la érden del dia, por efecto de esa tendencia que se nota en esta época en muchos pueblos, Ilamados catdlicos, 6 se- * parar la religion del Estado, 6 mejor dicho, 4 sepa- rar 4 los hombres de toda influencia religiosa, y des- terrar 4 Dios de.todos los actos gubernativos, forman- do una sociedad atea. Entre tanto, hay para llerar, al echar una mirada escudrifadora sobre el verdade- ro estado de la literatura del siglo; porque a cada pa- so que di uno en la sociedad, tropieza con hombres que presumen de sabios, que se precian de haber es- tudiado la religion, sin que despues de todo sepan los primeros rudimentos de ella, ni retengan en su me- moria el simbolo de Ja fe, y ni aun Ja oracion domi- nical; y se lanzan 4 hablar de asuntos religiosos con el mismo aplomo que si fueran unos maestros consuma- dos. ;Qué cosa hay mas comun en estos tiempos, que el oir 4 cada instante palabras sentenciosas sobre lo que Jesucristo prescribe 4 sus Apdstoles? Se habla mucho de aquella pobreza del Maestro de los hom- bres, que no tuvo ni-donde reclinar la cabeza; de aquella humildad, con que declinaba los honores; de aquel abandonarse 4 las: manos de la Providencia pa- ra las cosas necesarias é la vida, que enseiaba y pres- cribia 4 los discipulos; de aquella abnegacion de si mismos; de aquel dar la capa 4 quien les hubiese ar- rancado la tiniea, y de aquel presentar la mejilla iz- quierda 4 quien les hubiese ultrajado, hiriéndolos en la derecha. Nociones vagas, é ideas confusas, y casi infornies, sobre la doctrina de Jesucristo son Jas que se van te- niendo hoy dia por las llamadas eapacidades, casi en general; siendo aquellas sin embargo muy determi-
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