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3 la declaran, pues se advierte que esto es lo que por su indole peculiar parece que llama mis la atencion de las hijas de Jerusalen, y lo mas peligroso para que las acometa la tentacion de dudar acaso de aque- ila belleza interior que tiene; por lo cual les advier- te que no fijen su atencion en su negrura, ocasio- nada por esos ataques que le din los hijos de su misma madre. Y 4 la verdad, hay en los crimenes una gradacion, que va aumentando su gravedad y causando sucesivamente sorpresa, espanto, horror y execrabilidad; sorprende el despojo violento de un favorecedor por el favorecido; espanta un asesinato cualquiera; horroriza un parricidio; mais cuando este recae en una madre tierna y amorosa, perpetrado por sus propios hijos, es tan execrable, que los idiomas humanos no tienen bastante fuerza para darle el ca- lificativo conveniente. Pero entre tanto, y no pudien- do creerse que tal caso haya podido sueeder, hay mo- tivo para que los que oyen la relacion del crimen, puedan sospechar, 6 que aquella madre no era tan amante y carihosa como se decia, 6 que bajo aparien- cias de ternura era quizis una harpia que intentaba devorar a sus hijos. La tentacion es grande por cierto; la esposa del pacifico Salomén no quiere que asalte 4 las hijas de Jerusalen; y por eso las advierte que no las perturbe.su tez morena, pues en medio de la guer- ra que la hacen los de su casa, es siempre tan her- - mogsa que tiene 4 su Esposo encantado y cautivo de amor. ambien ha corroborado la historia en este. par- ticular las palabras de la profecia. La Iglesia eatdlica atacada 4 todo trance por espacio de tres siglos por emperadores paganos, vid algunos dias de tregua, has-