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v Y cuando poniendo en juego una palabreria en- gaiosa, se tiene el descaro de asegurar, que se va 4 fortificar un castillo que Dios ha formado, siendo asi que se le quiere aplicar una mina: que se va a rodear de honores a su castellano, cuando se le va a relegar a una carcel: que se le va i labrar una corona de bri- lantes, cuando se intenta ponerle un capacete de hier- ro, y arrancar de sus sienes tres diademas que Dios le did: cuando se vé todo esto, la simple razon filosé- fica preseribe que no se ahogue la voz en el pecho. {Cuanto ménos la ahogara quien sabe cierta é infali- blemente, por ensefiirselo la revelacion divina, que todo eso es una conjuracion demoniaca contra Dios, contra su Hijo, contra su doctrina, contra su Vicario en la tierra y contra las bases indestructibles de la sociedad, que son la ley divina, la natural, el derecho, la justicia y la propiedad? ‘ Il que pueda hablar, el que se sienta llamado 4 hacerlo 6 por deber 6 por inspiracion, debe hablar; debe gritar, debe decir la verdad al mundo entero; debe protestar contra la mascara hipderita, aunque la careta tenga sobre si una corona, sea cual fuere, im- perial, 6 real, 6 dueal; debe explicar 4 todos cuales son los nombres calificativos que corresponden 4 la alevosia, al robo, 4 la violencia, 4 la usurpacion, a la heregia, al cisma, descubriendo que en nada,de esto puede existir justicia, derecho, 6 fuerza moral, sino iniquidad y fuerza brutal: y debe hacer todo esto sin temor 4 las iras que se puedan suscitar contra él. Por este motivo, y fundado en causas tan podero- sas, emprendemos el eximen del atentado cometido con el Vicario de Jesucristo, de los medios que se han empleado para conseguirlo, del resultado inme- *.