BCCPAM000253-1-12000000000000

89 — gañáos: la caridad, cuando es generosa, está probada en el crisol de las tribulaciones: el gusto y el suceso prósperos vie- nen á los que no nacieron para virtudes heróicas: lo alto, lo ilustre, lo rico, lo glorioso, lo admirable y divino, siempre lo ha forjado el amor de Dios en la fragua de los trabajos. Un alma generosa desafia á la muerte, no teme á la espada, in- sulta al infierno y á todo se arroja por dar gusto á su amado. ¡Qué mujer! ¡No la ha visto semejante la filosofia en esa mul- titud que inciensa é idolatra! Bien puede decirse de ella lo que los soldados de Holofernes cuando reparando en Judit y viendo su aire, su hermosura, su adorno, su resolucion, ex- clamaron atónitos: Non est talis mulier super terram (1). No hay mujer semejante á ésta en cuantas admira el paga- nismo insensato. Llegada á Méjico y obtenida la licencia para pedir limosna, recorre toda aquella gran Capital. ¡La viérais! El ardor de la caridad que abrasaba sus entrañas se descubre en sus mejillas sonrosadas; sus ojos modestos interesan á quien los mira; sus palabras agradables, inspiradas ciertamente por el amor ce- lestial, tienen tal poderío sobre los corazones, que todos la veneran, la compadecen, -la socorren; el Cabildo Eclesiástico, ántes tan duro con ella, la favorece con una liberalidad mag- nifica; el Virey y Capitan General todos le dán copiosas li- mMOsnas. no se contenta con Méjico, vá á Jalapa, Vera-Cruz, á la Puebla de los Ángeles... en todas partes clama, ruega en favor de su nuevo Establecimiento, presenta á todos las necesidades de sus hermanas, de sus niñas huérfanas y des- validas, con tal viveza de expresiones, con tal energía, que no hay quien no la socorra. Concluida su penosa comision feliz- mente, se regresa segunda vez para su Pátria, más gozosa por el feliz resultado, que los conquistadores de Aquellas Provin- cias mismas; cuando vinieron acá para presentar á los piés del trono nuevos cetros y coronas. Esta es la mujer singular (1) Judit 11, e. 19.