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A ¿ los desarreglos de una vida brutal! Si la Madre Isabel hubiese sido una Thais, una Egipciaca, ó una de aquellas desgraciadas víctimas del amor profano, que se han dejado seducir por los encantos de sus propias cualidades, hasta prostituirse y pro- fanar sus cuerpos, áun en este caso su penitencia me pasma- ria; porque ¿quién es el criminal que conocido su yerro se resuelve á estos heroismos? David me asombra con sus que- jidos y lágrimas, sin embargo de que su pecado fué harto pú- blico, abominable y escandaloso; pero.... ¡La Madre Isabel!.... La que no sabemos hubiese jamás perdido la inocencia del Bautismo.... ¡Hacer tanta penitencia!.... ¡Y con tanto rigor....! ¡Oh pasmo! ¡Oh portento de la gracia! Mas ¿qué tenemos que admirarnos, cuando sabemos muy bien que el amor es tan activo, tan poderoso, y tiene tanto influjo en los corazones, que transforma al amante en los mis- mos sentimientos del amado? Es un fuego que convierte en si mismo lo que abrasa y penetra. Es una comunicacion tan íntima de la Divinidad, que la criatura parece que deja de serlo y llega á deificarse ó transformarse en Dios. Mirad á la Madre Isabel ¡qué olvidada se halla de sí misma! Ella está abrasada, poseida é incendiada toda en el amor de su Dios crucificado. El fuego celestial que ha venido sobre ella, ha llegado á penetrar hasta sus huesos mismos. Vive, es verdad, vive y respira el aire comun de los demás mortales, porque cl amor es el que la hace vivir. No tiene otro anhelo, no eo- noce otras ánsias que las de beber el agenjo y la mirra de la Cruz. Cual otra constante Magdalena, no acertaba jamás á separarse de sus piés. Si se le buscaba por la mañana, si al medio dia ó á la. noche, si en la ocupacion ó fuera de ella, siempre se le notaban en su semblante las señales harto visi- bles de lo que el amor estaba obrando en su corazon: ¡Oh, cuántas veces la observaron suspirar y gemir con una fuerza que no podía disimular, arrojando al exterior el incendio que no le era posible contener-dentro de sus entrañas! ¡Cuántas se vieron sus encendidas mejillas mojadas y empapadas en un
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