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O faccion, no interesándose el Beaterio en nada de lo que ganan. Si se desacomodan vuelven al Beaterio hasta obtener nuevo acomodo; si enferman se les cura, y si se imposibilitan para servir se les sostiene: de modo que cuentan con la Casa como suya propia hasta que mueren. Si toman estado se les ayuda con lo posible, sin embargo de ser un establecimiento pobri- simo, que se sostiene “Sólo por la caridad de los Bienhechores que franquean sus limosnas para tan santo fin. $. XVI. Conclusion. ¿Cabe más? ¿Puede darse Establecimiento más útil á la so- ciedad y al Estado? En vista de cuanto habemos dicho, ¿habrá filósofo entre nosotros, que tenga valor para declamar contra estos Establecimientos piadosos, contra estas Comunidades de mujeres, alegando que de nada sirven. y que son inútiles á la Patria y áun perjudiciales á la juventud? Lo contrario acaba- mos de ver en este manifiesto, y-estamos tocando con la expe- riencia. Gran parte de las instituciones religiosas viven entre- gadas.al servicio de-la sociedad civil, estas Beatas son sin comparacion más útiles al Estado, que aquellas que viven en medio del teatro mundano dadas á un-celibato voluntario ó forzado. Estas últimas, si son ricas, pasan de ordinario su vi- da en un circulo fastidioso de entretenimientos pueriles, y mue- ren sin haber hecho á la sociedad otro servicio, que el haber trasportado los intereses de la Nacion á países extranjeros, con el objeto de sostener un lujo, las más veces escandaloso, siempre repugnante á la conciencia, y nunca favorable al Es- tado. Si son pobres, ellas no tienen ningun recurso, y están expuestas á perecer de miseria. ¿De qué sirve, pregunta un filósofo, la educacion de las niñas recogidas en los Conventos, que se dedican á este obje- to? Ellas están llenas, repiten con un tono imperioso, de pre- ocupaciones en que imbuyen á las criaturas desde su peque-

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