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TY ces se ven preferirse los disturbios á la paz, el desarreglo al órden, la injusticia á las leyes, el vicio malvado al bien pú- blico, el nervio de la guerra se despedaza, las columnas de la paz se sacuden. Cuando falta en un Estado la Religion, el soldado huirá de su contrario, el magistrado admitirá el so- borno y la injusticia, el comercio se fundará sobre el engaño y la intriga, la agricultura no tendrá otras manos con que contar, que con las del ébrio y del vicioso, la industria se mi- rará abandonada, y la paz no tendrá ninguno de sus hermosos adornos. Para evitar todos estos males y formar de sus niñas unas jóvenes utilísimas al Estado, en cualquier clase que se coloquen, el Beaterio de la Santísima Trinidad las instruye fundamen- talmente en la Religion cristiana, que por dicha nuestra he- mos abrazado; se les dá á conocer el hermoso plan trazado por nuestro amabilísimo Redentor Jesucristo en la economía de nuestra reparacion; cuáles son las leyes que debe observar un cristiano para ser agradable á su Dios, y útil á sus seme- jantes; se les impone en la caridad cristiana, en la compasion con los menesterosos, se les enseñan los misterios asombrosos que divinizan nuestra Religion santa, de modo que los entiendan y puedan dar razon de ellos; se les instruye en todos y cada uno de los Sacramentos prácticamente, haciéndoles compren- der el respeto con que deben recibirlos, la veneracion con que deben tratarlos, y la sumision á sus Ministros, que son los Sacerdotes; se les hace frecuentar estos remedios únicos de nuestras espirituales dolencias con fervor y espiritu cristiano: la modestia en el Templo santo, la gravedad y compostura con que deben asistir á los tremendos misterios, y las máximas todas de la piedad evangélica, son la leche con que se crian estas niñas.