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iS negro; en algunas partes, las profesas con solemnidad se dis- tinguian de las otras en tener una cruz blanca sobre la ca- beza, y se consagraba: otra no solemne que se hacía en los primeros siglos por sola la mutacion del vestido secular: con este pasaban un año de noviciado ó aprobacion, si habia de continuar en Monasterio, donde se guardaba clausura, y tres años en los demás, sin cubrirse con velo alguno. Después se hizo la profesion no solemne tambien con velo, y esa costum- bre florecia yá en el siglo VIII; mas este velo, ó ellas mis- mas se lo ponian, ó la Prelada ó algun Sacerdote. Cuándo comenzase la profesion solemne (1), que es la que distingue en la disciplina de la Iglesia las Monjas de las Beatas, no lo podemos asegurar. Sabemos solamente que Sta. Marcelina, hermana de S. Ambrosio, recibió el velo consagrado de ma- no del Papa Liberio, en la iglesia de S. Pedro en Roma en el año de la Natividad del Señor de 352. Hemos querido dar este breve diseño de lo que han sido los claustros de las vírgenes en sus principios, para que no se miren con poco aprecio estos que en el dia tenemos sin una rigorosa clausura, y sin las formalidades de la profesion religiosa. S. X, Espíritu de la Iglesia sobre la educacion de las niñas en los Monasterios. Es muy antiguo en la Iglesia educar á las niñas en los Monasterios de las vírgenes. Estos asilos de la inocencia y de la virtud eran al mismo tiempo colegios. de niñas pequeñas, y escuelas brillantísimas de donde han salido heroinas ilus- tres por su piedad y virtudes. Aquí eran educadas santísima- mente las jovencitas de las principales familias. Por eso, ha- biendo instruido el gran P. S. Gerónimo á su discipula Santa Leta “en cuanto podia ser conducente á la ejemplar educa- (1) Berg. Dicc. Y., Religiose citand. a Opt. Mil,

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