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mi E su corazon los impulsos suaves, pero fuertes al mismo tiem- po de una caridad que no”los dejaba sosegar, han sido en todas estas vicisitudes los órganos de la Bondad infinita. Vea- mos este cuadro interesante. S. VIL 3 Cuáles son los Bienhechores singulares de esta Casa, y el estado de brillantez á que ha llegado. En medio de aquella tan grande desolacion á que se miró reducida la Casa por los años de 89, inspiró Dios, por uno de aquellos rumbos que sabe tomar cuando le place la Eler- na Sabiduría y que no puede alcanzar el humano cálculo, al Sr. D. Bartolomé Cabello y Barroso, aquel gran caritativo padre de los huérfanos, Cura entónces de la Parroquial de Santa María la Blanca, y despues Prebeudado de la Santa Iglesia Patriarcal, el que tomase conocimiento de este Bea- terio. Era D. Bartolomé de grande alma, de espiritu agi- gántado, de un corazon ancho y sin límites, que acompa- ñado de una presencia corpulenta y respetable, se hacía ad- mirar de todos. Era tambien un sábio en las Facultades Ecle- siásticas, de conducta irreprehensible, celoso del bien espi- ritual de las almas, insigne orador, ejerciendo este ministe- rio santo con gran mocion y aprovechamiento del numeroso concurso que asistía á oir las saludables doctrinas que anun- ciaba fervorosamente: tantas y tan excelentes cualidades, acom- pañadas de un ascendiente suave y cariñoso, pero irresis- tible, sobre cuantos le trataban, nacido de la generosidad de aquella grande alma, que se divisaba en su semblanté mis- mo, y que todo lo emprendian cuando resultaba en bien de sus prójimos, le llegaron á adquirir cierto respeto entre las gentes de esta Ciudad, que todos á un mismo tiempo lo amaban y veneraban. Este Eclesiástico, pues, tan digno, tan recomendable, fue el Esdras escogido por el Señor para res-