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A soldada y sellada, se encerró en otra de madera que cla- vada por todas partes ofrecia toda seguridad, y á presen- cia del Sr. Provisor, Fiscal, Notario Mayor, Alguacil y nú- mero competente de testigos, fué depositada en un cañon he- cho á propósito en el testero del coro, debajo del asiento de la Superiora, y cerrado con una bóveda de ladrillo, se puso encima una hermosa lápida que dice así: Depósito de los huesos de la V. M. Isabel de la Santi- sima Trinidad, Fundadora de este Beaterio del mismo nombre, natural de Sevilla de la Parroquia de San Gil, donde nació en 22 de Mayo de 1698. Dotada por el Señor de un alma grande, que procu- rando su gloria por la santificacion de las niñas desva- lidas á costa de afanes y trabajos, logró abrir esta: fun- dacion el año de 1724, y llevando adelante su empeño en mejorarla hizo dos viages á la América en el reino de nueva España y con las limosnas que reunió, adelantó cuanto pudo esta obra, sin llegará lo que anhelaban sus deseos. Murió entre sus amadas hijas en 8 de Mayo de 1774, fué sepultada, por no estar bendita su Iglesia, en la Par- roquia de Santa Lucía, habiendo dispuesto que su cadá- ver se trasladase á esta su casa, lo que se egecutó el dia 16. de Agosto de 1828, con las formalidades debidas. La memoria de su caridad sea estimulo para encen- der la de sus hijas y su depósito para exitar en todos el rogar por su alma al Señor. E A VI Vicisitudes que en distintas épocas ha tenido el Establecimiento. un Por muerte de la Madre Isabel, vino sobre esta obra tan grande un diluvio de males: ello es que fué forzoso sufrie-