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18— mirar por sí, hallasen proteccion segura en las leyes, dedicán- dose muchos á ayudarlos y protejerlos. Platon merece parti- cular consideracion en esta materia. El, en su república que se forjó, quiere que quince Senadores ó Magistrados tengan por un quinquenio el cuidado de los huérfanos; de suerte, que tres de ellos, segun su dignidad, cuiden de estas criaturas en cada año, y concluido el quinquenio, otros quince del mismo modo, y así en lo sucesivo. Deja á su prudencia la eleccion de cada tutor, mas quiere que tenga las siguientes cualidades: 1.2 Mucha piedad para con Dios. 2.2 Que ame con ternura á los padres difuntos de sus pupilos. 3.2 Que piense ha de obedecer la voluntad de los más ancianos, que gozan en la república de los supremos honores. 4.2 Que esté persuadido se le ha confiado un depósito máximo y sacratísimo. 5.1 Que con todas sus fuerzas provea en la instruccion y educacion de los huérfanos. 6.2 Quelos ame comoá sus propios hijos (1). Pues si tanto esmero han tenido con los huérfanos los que aún no habian sido iluminados con las brillantes luces del Evangelio, ¿qué dirémos de los bijos de la Iglesia? Ésta, instruida por su Soberano Fundador en las máximas de una caridad al prójimo la más entrañable y ejemplar, ha puesto un esmero grande en la proteccion de los desvalidos. Ella ha fijado sus ojos tiernos y compasivos en la orfandad menes- lerosa, y ha encargado á los Obispos tengan sobre ello espe- cial providencia y cuidado. Quiere que éste sea uno de los primeros cargos del ministerio pastoral. En el Concilio Mas= ticonense undécimo (2) se manda, que los Magistrados no in= tenten cosa alguna en órden á las viudas y huérfanos estando ausente el Obispo, sin que ántes dén cuenta á él 6 4 su Vica- rio. Este: Concilio se celebró por los años de 585. En la Iglesia univergal, en todos los tiempos y épocas, áun las más remotas de los primeros siglos, se ha-observado con general edificacion, (1) Ap. Leblac.*in Ps. 9. (2) Cone, Mast., 11, C/+19,; ap. Lebt. EA ]