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— 16 — han: de preceder á su juicio (1).» San Clemente Alejandrino no es ménos enérgico: «El hombre, dice, que hace bien á otro hombre, es una imágen del mismo Dios (2).» ¡Ojalá se esmerasen los Jueces, los Monarcas y los Principes todos de la tierra por conseguir esta divinidad! Oigamos ahora á Teodoreto, Rey de los Godos: «Entre los gloriosos cuidados, decia, que con el auxilio de Dios ocupan nuestra atencion y no dejamos de revolver en continuos pensamientos, el que más fijo tenemos en el corazon, es el de socorrer á los infelices; tratamos de erigir con nuestro mismo poder una muralla incontrastable que los ponga al abrigo de nuestra soberanía contra el orgullo de los soberbios(3).» No. se contenta Dios con establecer leyes en. favor de. los huérfanos, ha castigado tambien á sus violadores. Heliodoro es mandado á Jerusalen por el Rey Seleuco Filopator, herma- no.mayor de Antioco Epipbanes: su comision es la de saquear las riquezas que allí habia. El Sumo Pontífice Onias le re- presenta con lágrimas, que eran un depósito sagrado é invio- lable, destinado á la subsistencia de las viudas y de los huér- fanos (4). Él no desiste; quiere llevar adelante la órden del Rey: él se sitúa con sus tropas á las puertas del tesoro. con ánimo de forzarlas; mas el espiritu del Dios Omnipotente. se deja ver entónces con señales muy sensibles: todos los que habian osado obedecer á Heliodoro son derribados en el sue- lo por virtud divina, y heridos de pronto de tal horror, que los puso fuera de:sí: aparece en los aires un caballo sobre el cual venía montado un hombre terrible, vestido magnificamente; se arroja con ímpetu sobre Heliodoro, le hiere dándole muchos golpes: otros dos jóvenes se presentan al mismo tiempo llenos de fuerza. yde. hermosura, con gran majestad y ricamente (D) S. Greg. Nac., Orat. 16. (2) S. Clem. Alex., Lib. Stromm. (3) Casiod., 1.,3,, varior. C., 29, ap Leblanin, Ps, 9,, 26, (4) 2, Marc,, 3., 10, 94, etc. A EN NN EN ¿0

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