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ALABADA SEA LA SANTÍSIMA TRINIDAD. LA ORFANDAD PROTEGIDA. INTRODUCCION. e La Compasion cristiana tiene pocos objetos más dignos de sus atenciones que los huérfanos desvalidos. Un niño que apénas abre sus ojos á-la luz material, yá se mira en el desámparo y la miseria, que carece de la acogida favorable de unos. padres que le dieron el sér, mas que la Divina Pro- videncia los arrebató para sí; una criatura infeliz, que no pu- diendo por sí mismo en razon de su pequeña edad atender á su alimento, suspira y gime deseando ser socorrido; que no encuentra con una mano bienhechora que enjugue sus lágrimas; que es mirado por el extraño ton aquella fria indiferencia con que se repara en lo que no nos: toca de cerca: un niño que se halla en este desamparo ¿no es digno de que el Estado fije en él sus atenciones, y que todos lo miren con la más tierna conmiseracion? ¡Qué dolor! Él es un semejante á nosotros, distinguido con el mismo carácter con que la Religion honra

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