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sobre el propio estado. 477 idad del. caracter , el Predicador, como pide la dignidad del ministe- jo, el Corista', como quien se va ¡preparando a la dignidad del Sa- cerdocio, y el Lego , como tequie- Ire la condicion de su oficio. Pue- den añadirse los estados de Estu- diante, de Confesor , y de Supe- rior , que todos tienen amexas sus particulares obligaciones. Por tan- to, en el tiempo de los exercicios, debe cada uno hacer reflexion so- bre sí mismo , para advertir y en- mendar todos los defectos de comi- sión y de omision. Y porque la obra ría muy difusa , si se exmtendiese d declarar todos los estados , necesi» tando cada uno de un libro enteros habiendo ya expuesto el estado de Religioso bastantemente por todas las consideraciones de los diez dias, y singularmente el del Capuchino, enlosexamenes del septimo y otta- vo dia; y asimismo el del Sacerdo= te, en los examenes del primero: me parece proponer solamente al» X 4 gus

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