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294 Septimo dia - Ea pues, Dios mio , ya ahora quiero de tal suerte me Santo , solo para entre VOS yo mismo, que no lo sepa ps. na alguna del mundo. Quelos how bres me tengan ó no por el hom, bre mas infame y malvado del mundo, nada me importa, nada me ofende , con tal que yo os ame, sea de vos amado. Un grande pro posito es este $ y conozco que m ” goy digno de llegar d tanto; pen ya que no pueda en las ocasiony grandes , ayudadme vos Señor, dh menos en las pequeñas , á vencer y humillar mi amor propio , que tanto me despeña. MAXIMA. Para la tarde del septimo dia, CAPITULO VI Sobre bacerse hombre de Oracio E fue siempre entre los Rele giosos una máxima infalibk, | co"