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el tiempo de los Exercicioc. 11 Capuchino, y no enmendado ! En orden á notar las luces y los sen= timientos que te comunicará el Señor de dia en dia, es una apli- cacion digna de estima: porque San Agustin, San Bernardo , San Buenaventura , y. otros muchos Santos escribieron respectivamen- te. sus meditaciones para preser- varlas del olvido 3 y tu debes, á lo menos, escribir el succo ó- 1u- go del fruto, para poder , de quan= do en quando , refrescar la me moria , leyendo en «compendio. Péro advierte de no pensar al tiem= po de la meditacion “en aquello que tienes de escribir , porque es» to seria una engañosa distraccion, «VI En este tiempo debe tani= bien hacerse la Confesion gene= ral de un año , Ó mas, conforme a tu necesidad , siendo propisima esta ocasion , en lá qual conoce mejor el alma , y mas vivamente detesta sus pecados. Y para ha- ccrla podrás servirte de los exa- *- ed me.

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