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la tarde. 4 211 uando se habla de vani= ee da una señal evidente e el corazon está repleto de yanidad. É Notpor esto se dice, que deba hacerse Predicador en todas par- y con todos: la discrecion jjene de estacionar el discurso $ de- hemos acomodarnos 4 la condi- cion de quien escucha , y contri- buirstal vez tambien al diverti- miento. de los otros ; pero guar- dandonos siempre de que nuestra onversación no. sea frecuente con Ós que no llevan 4 bien el ha- blar de Dios. . Enel hablar siempre con los pperiores., sobresalga siempre en nosotros la reverencia: y el respe» 04 y si con ellos hubiere de ha- ber largos y frecuentes discursos, deben procederse con cautela , por l peligro de ofender , O la ver- dad con el adularle alguna pasion, ó la caridad , con administrarle los defectos de otros. En el ha» 3 K3 blar a