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264 LAS COl-¡STITUCIONES DE ALBACINA 39. Igualmente, que los hermanos no tengan navajas de afeitar, excep. to una por cada lugar para alguna necesidad que se presente y para sangrar a los enfermos. Y se harán la tonsura cada veinte días con las tijeras. 40. Igualmente, guárdense los hermanos, cuando reciban lugares u ocupen algún eremitorio, de recibir más que cuanto se juzgue conveniente a nuestro vivir pobre. 41. Igualmente, de los procuradores y síndicos no hagamos mención, porque se observa inviolablemente; pero ordenamos que no se tenga otro procurador ni otro síndico que Cristo bendito, y nuestra procuradora y protectora sea la Virgen Madre de Dios, y nuestro sustituto sea nuestro Padre S. Francisco; y queremos inviolablemente que no se esté bajo la protección y cuidado de otros. 42 . Igualmente, que no se tengan bestias, ni mulos, ni caballos, ni asnos, para los lugares, y que los prelados vayan a pie. Y si, no obstante, alguno estuviese enfermo y fuese necesario cabalgar, vaya en un borri– quillo, porque así anduvo Cristo nuestro Señor, 14 y nuestro Padre S. Fran– cisco en su extrema necesidad. 15 Y no encuentro que usaran otros ani– males en sus necesidades. Y si acaeciere un caso muy necesario, aténganse a lo que está escrito en la Regla. 16 43. Igualmente, que los hermanos se guarden en absoluto de llevar birretas o sombreros. 44. Igualmente, que los casos que están reservados en la familia (en la Observancia?), se reservan también aquí a los superiores, y que ninguno los pueda absolver. 45. Igualmente, que el miércoles de ningún modo se coma carne. 46. Igualmente, ordenamos que ningún hermano tenga llave ni can– dado en la celda ni en otro lugar, y que las celdas estén abiertas, sin llave. 47. Igualmente, se ordena que en todo . lugar, donde se pueda, se haga u.na pequeña celda o dos, un tanto separadas del lugar, en la soledad, a fin de que, si alguno tuviese la gracia del Señor de vivir en silencio como anacoreta, y fuese juzgado idóneo por los superiores, se le dé facilidad con toda la caridad que se requiera; y a este respecto, exhorto a los supe– .riores y prelados que , si encuentran a algunos aptos, no les nieguen esta caridad. Y mientras permanece dicho hermano en la soledad, tenga silencio y ninguno vaya a molestarlo, y no tiene que hablar sino con su padre " Cf. Mt 21, 2-5. 15 1 Ce! 98 ; 2 Ce! 46; LM 7, 12; 10, 2; 13, 7. 16 2 R 3, 12.
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